“O nos unimos o morimos”. Con esta expresión utilizada por uno de los alrededor de 400 agricultores que anoche se reunían en los salones de Campoejido se resume un acto multitudinario organizado por los agricultores del ‘cortijo cero’ que unía bajo una misma preocupación a productores de dos provincias limítrofes, Almería y Granada.
Entre los presentes hijos de agricultores, mujeres agricultoras, agricultores jóvenes y otros menos jóvenes, técnicos agrícolas y hasta periodistas. Todos ellos convocados por una plataforma independiente, como es la de Aguas Solidarias, que nació en su día para responder a las inquietudes de los comuneros del campo almeriense, pero que en los últimos tiempos atiende a una realidad aún más acuciante: la de los bajos precios.
De la costa de Granada un grupo muy nutrido de hombres y mujeres alarmados por la situación de insostenibilidad económica en la que ha caído el cultivo de pepino que no levanta cabeza. Entre los presentes había quienes esperaban encontrar anoche una solución casi inmediata a un problema que existe desde que el invernadero es invernadero. Pero no, la solución a vender con márgenes de rentabilidad en un mundo regido por el lucro es una cuestión que no se atisba en una sola velada, por muy concienciados y unidos que quieran estar los afectados. Como expusieron en la mesa algunos de los que tomaron la palabra, se trata de una carrera de fondo.
Se quiere crear una plataforma o asociación que aglutine a los agricultores de ambas zonas, Almería y Granada, para que los productores tengan un foro común en el que debatir y sobre todo decidir medidas en común para llevar a la práctica en los momentos en los que las pizarras de precios caigan en la UVI del barato, barato, el tan temido low cost. De este modo, si la próxima campaña el pepino, el pimiento, el tomate o cualquier otro producto se malvende por debajo de los costes de producción, los agricultores de ambas provincias podrán ir de la mano juntos para que sus productos no estén a la merced caprichosa de los mercados. Según los organizadores del evento, detrás hay una plataforma de agricultores independiente, que no se rige por ninguna sigla política ni sindical. Un movimiento que nace desde la base.
Tal vez a partir de ahora sea mirado con lupa por algunos, ya que son cimientos que pueden molestar a otros actores. De ahí, que Jesús Fuentes, uno de los promotores de esta plataforma, lanzase anoche mensajes conciliadores a la gran familia de los agricultores. Entre los asistentes había socios de organizaciones agrarias como Asaja, Coag o Upa. El ‘cortijo cero’ quiere integrarlos, ya que su propósito no es desplazarlos ni constituirse en el cuarto sindicato del campo. El ‘cortijo cero’ es un movimiento agrícola surgido de una caja de pepinos por la que el comprador solo quiere pagar unos pocos céntimos.
«De este modo, si la próxima campaña el pepino, el pimiento, el tomate o cualquier otro producto se malvende por debajo de los costes de producción, los agricultores de ambas provincias podrán ir de la mano juntos para que sus productos no estén a la merced caprichosa de los mercados …..»
Yo pregunto: ¿sólo tirar género y que los intermediarios sigan ganando sus márgenes abusivos en las toneladas que se comercialicen?. Porque sólo esa acción no deja de ser la misma ruina.
¿Alguien se ha planteado forzar a las directivas de las cooperativas de agricultores a constituir plataformas conjuntas de comercialización, cooperativas de segundo grado sólo dedicadas a esa tarea y a la planificación de cosechas?; porque esa es la verdadera carrera de fondo que nos llevaría a una mejora sustancial de nuestra posición negociadora. Y, a parte, si hay que reunirse de vez en cuando en cualquier local para informar, pues no está mal; si alguien se siente realizado formando parte de una asociación de agricultores, llámese plataforma o como se quiera, tampoco está mal. Pero la única solución es crear un grupo que aglutine a cuantas más comercializadoras mejor y, por supuesto, poner al frente a gente honesta que no admita picarescas.
En este campo no sobra ningún almacen, ningún gerente, ningún presidente, ningún comercial, ningún perito, ningún manipulador y ningún agricultor. Lo que sobra es gente vendiendo y compitiendo entre sí en favor de los clientes de destino.
Esta noche hay otra reunión, pero en este caso de los agricultores de la costa de Granada en los salones del ayuntamiento de Castell de Ferro. Seguirán debatiendo igual que lo hicieron ayer en Campoejido. Tampoco se dijo que se vaya a tirar género, más bien se concluyó que el objetivo es que lo que se haga, sea lo que sea, se haga unidos. Que cada cual no siga haciendo la guerra por su cuenta, como siempre se hace.
Todo fue una lluvia de ideas que se prolongó durante horas. Conclusiones claras pocas, salvo la de la unidad. «O vamos juntos o morimos», exclamaron algunos de ellos con estas palabras y con otras similares.
Este movimiento se diferencia de otros surgidos años atrás, todos acabaron mal, en las nuevas tecnologías. Sí, las redes sociales y los grupos de whatsApp y Telegram están conectando a personas de cualquier parte con una misma inquietud: los bajos precios.
La exagerada oferta de productos hace caer los precios, ley de oferta y demanda. En la vida le vas a hacer entender y mucho menor obligar a un agricultor con 500 has. de lechuga o brócoli que tiene que plantar mucho menos para ganar lo mismo, o mas. Porque el agricultor que es «burro plantado», lo es aquí y en la china, y quien debiera ocuparse del asunto que es el gobierno no lo hace, fin de la discusión y a seguir con lo mismo, lamentablemente una cosa que lleva discutiéndose desde hace décadas no tiene solución, simplemente porque no nos vamos a poner de acuerdo, (cosas de la condición humana). Saludos!