Un agricultor de Balanegra dice tener la solución al Nueva Delhi (incluye vídeo)

No es una inocentada, aunque hoy sea 28 de diciembre. Al principio, cuando Manuel me envió por whatsApp las fotos de sus cultivos de calabacín, me pareció que algo no encajaba. Se veían plantas afectadas por el virus, pero que al mismo tiempo tenían sanos sus nuevos frutos. El agricultor en cuestión acababa de arrancar la plantación para rotar a un nuevo cultivo, pero me explicó que si iba a su explotación al día siguiente aún podría ver lo que allí había ocurrido, antes de que retirase a la planta de reciclaje los desechos de la campaña finalizada. Así que Ana y yo acudimos a conocer su trabajo en el invernadero.

No quiero que este post se lea con lupa. No poseo una mágica bola de cristal para discernir lo causal, de lo casual; lo real, de lo verosímil. Pero como periodista sí procuro ser riguroso con el tratamiento de todas las informaciones, incluida ésta. Más si cabe. Ocultarla sería tan erróneo como afirmar con rotundidad (y sin prudencia) que ya hay una solución al virus del Nueva Delhi. Así que lo cojo todo con pinzas, con el criterio más riguroso posible, pero las opiniones son tan libres como las creencias. Así que cada uno saque sus propias conclusiones.

Pues bien. Como iba diciendo, al poco de llegar Manuel me dijo que ya tenía la solución al Nueva Delhi. A partir de ahí un manojo de preguntas para sacar algo en claro de tan contundente afirmación. Tras el interrogatorio que le hice al agricultor, puedo deducir que supuestamente ha encontrado un tratamiento, cuya formulación y dosis solo él conoce, que posibilitaría que la planta pueda seguir funcionando pese a que tenga los síntomas del conocido popularmente como Nueva Delhi, el virus ToLCNDV.

Pero mejor que yo, lo explica él mismo en el vídeo que le grabamos en su propia finca. A continuación podéis visionarlo.

Por esta vez no voy a dar el nombre completo de Manuel, por lo menos hasta que no se consolide su supuesto “descubrimiento”, suponiendo que vaya por buen puerto. Pero si alguien tiene mucho interés en saber más, que me envíe un correo electrónico a cualquiera de las direcciones de contacto de nuestra web y ya le enviaré los datos del agricultor. Él no tiene inconveniente en contar de manera privada su “invento” a quien esté verdaderamente interesado, pero no quiere dar a conocer públicamente su nombre por sobrados motivos.

Según me comentó, el técnico de su cooperativa estuvo días antes en su finca, de la que se habría llevado una sorpresa similar a la que manifiesto yo en estas líneas. Un supuesto tratamiento “mágico” que revive a la planta de calabacín, que ha sido afectada por el virus, y que sigue dando frutos una vez ha sido tratada. Un virus con cura (¿?). Todo lo pongo en interrogante.

Lo que sí es cierto, sin lugar a dudas, es que se trata de un agricultor con ingenio. Inventor en diferentes labores, nos mostró a Ana y a mí algunas de sus habilidades en la limpieza de su balsa o en la colocación de sus placas en el interior del invernadero. También es innovador en el uso de un sistema de riego con ozono, según el cual habría aumentado su producción. Pero eso ya es otro tema.

Prometo seguir en detalle el relato de Manuel. Ya sea un éxito o lo contrario, por aquí lo seguiré contando. Por lo menos le daremos el beneplácito de la duda, sobre todo tras visitar varias de sus explotaciones. En una de ellas, con una plantación joven con la que empezó a recolectar a principios de mes, todavía el Nueva Delhi no ha dado señales de vida. En este caso, su tratamiento “mágico” habría sido preventivo, a diferencia del primer invernadero, en el que habría sido curativo, ya que el tratamiento lo inició con las plantas ya afectadas de virus.

Continuará.