La consultora AMB diagnostica buena salud en el conjunto de la comercialización hortofrutícola provincial. Tanto en el sistema de subasta como en el cooperativo durante el último ejercicio se registró un incremento de varios céntimos en el valor de las ventas de las hortalizas. AMB también detecta un aumento del saldo medio que las empresas mantienen en las entidades bancarias o una mejora en la cuenta de resultados, entre otros aspectos a tener en cuenta; aunque la tendencia actual es conservadora en cuanto a nuevas inversiones se refiere.
AMB, consultora especialista en el sector hortofrutícola, ha presentado esta mañana en la Cámara de Comercio de Almería su ya tradicional informe agrícola, relativo al balance y a la cuenta de pérdidas y ganancias de las empresas de la comercialización almeriense. En este trabajo de análisis se observa buena salud durante la última campaña 2014/15, resultado de una tendencia positiva que se sostiene en los últimos años.
“Tanto cooperativas y SAT como subastas mejoran sus cifras y esto refleja que han comercializado mejor sus productos en el último ejercicio”, ha explicado Antonio Alonso, socio fundador de AMB, durante la presentación de este informe económico.
En dicha presentación también ha participado el vicepresidente II de la Cámara de Comercio de Almería, José Manuel Fernández Archilla, que hacía las veces de anfitrión, y que ha coincidido en los datos expuestos por la consultora de donde se desprende que “la pasada campaña 2014/15 no fue mala en las empresas agrícolas”. El vicepresidente cameral ha enfatizado la necesidad que tiene la comercialización almeriense de ganar dimensión “para poder acometer inversiones y llegar a nuevos mercados”. Fernández Archilla ha subrayado que ya que no se puede influir en el mercado, “sí se puede trabajar en la buena gestión de las empresas, como muchas ya hacen”.
Alhóndigas y manipuladoras
En el histórico de datos, AMB aprecia como las alhóndigas han elevado el valor de sus ventas. En 2012 la media estaba en 0,65 euros, que crecieron hasta los 0,72 euros en 2013, un año después en 2014 el valor bajó hasta los 0,69 euros, pero en 2015 la cifra de venta mejoró hasta los 0,78 euros. En el caso de las cooperativas y SAT también se constata que en los últimos años ascendió alrededor de 5 céntimos el valor de las ventas de las frutas y hortalizas de estas empresas.
“Los resultados, la diferencia entre lo que entra y sale, es también muy elocuente, ya que las empresas en su conjunto multiplicaron sus cifras. Fue un año bueno”, ha corroborado Antonio Alonso.
En cooperativas y SAT se obtuvieron de media resultados superiores a los 400.000 euros, que en el caso de las subastas superaban los 1,2 millones de euros.
Otro elemento que refleja esta situación es el saldo en cuentas bancarias que creció en algunos casos más de un 60% en tasa interanual.
Las inversiones se contienen
En el ‘modelo Almería’ las empresas de mayor dimensión son las subastas. Según los datos que maneja AMB, el activo fijo ponderado de las mismas se aproxima a los 38 millones de euros, mientras que en el caso de SCA y SAT el activo está en torno a los 21,3 millones de euros. Comparando su evolución, AMB concluye que ambos tipos de empresas mantienen hoy día una política conservadora en relación a las nuevas inversiones.
“Aprovechan sus reservas, hacen pequeñas inversiones de reposición y no se embarcan en nuevos proyectos de envergadura”, ha resumido Antonio Alonso.
Otro aspecto de interés en la radiografía de la comercialización hortofrutícola es el endeudamiento bancario, que se mantiene estable en cooperativas y SAT, no así en las alhóndigas. En éstas se observa cómo se ha ido incrementando.
Los factores de este endeudamiento creciente, que llega a superar el 20% interanual en algunas subastas, se debe a varios factores. Uno de ellos está relacionado con el calendario, ya que hoy día estas empresas funcionan los doce meses del año, abriendo sus centros también en verano. Este hecho obliga a requerir liquidez durante un período más largo de tiempo. De ahí el endeudamiento financiero.
Otro motivo está en el propio funcionamiento de las subastas, con pagos a los agricultores más rápidos que los que se realizan en otros sistemas de comercialización. Esto requiere mayor liquidez. A ello habría que añadir los anticipos que demandan a veces los productores.
Y finalmente otro argumento está relacionado con las devoluciones del IVA. En la agricultura éstas se efectúan mensualmente, pero en el último ejercicio se han producido retrasos, que han redundado en una menor liquidez disponible por parte de las empresas. Por tanto, éstas han tenido que recurrir a las entidades financieras para disponer de más dinero líquido.
Todas estas empresas mejoran el valor de sus ventas, pero a los agricultores no repercute en nada, si apuramos se empeora la situación.