Conocí esta semana a un lector muy interesado en tomarse un café conmigo. Y la verdad que yo encantado porque ponerle cara a algunos de los miles de anónimos que estáis al otro lado, es un placer reconfortante. Javier se llama el amigo. Hace solo unos meses acabó LADE (Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas) en la Universidad de Almería y ahora está trabajando en una comercializadora.
Javier es un chico con iniciativa, inquieto, con una cabeza bien amueblada y todavía un inconformista. Espero que dentro de diez años la dura realidad no lo ponga en el camino de la apatía y de la desidia. Como a tantos.
Estuvimos hablando sobre lo que ha aprendido en la Universidad, ya que acaba de salir de ella. Y lo que me contó, la distancia entre lo que se inculca en el aula y lo que hay luego en la vida real de la empresa, es lo que me ha dado pie a escribir estas líneas. En la siempre Magna Universidad de Almería, en los estudios de LADE, se enseña contabilidad y cuentas de grandes compañías (tipo Ibex), pero no la de las pequeñas y medianas firmas propias de la agricultura. Más llamativo aún es que en un provincia que sobrevive casi exclusivamente gracias a los invernaderos, como es el caso de Almería, un estudiante de LADE no tenga clases de negociación con clientes, estudio de mercados hortofrutícolas, asignaturas de comercialización de frutas y hortalizas, o introducción a materias como el embalaje o la innovación de productos en fresco, etc. Los alumnos que salgan con esta titulación, ¿qué perfil de empresas sabrán administrar y dirigir? ¿Bancos y petroleras? ¿Eso se llama estar cerca del tejido productivo o es más bien dar razones a quienes afirman que la Universidad es una fábrica de parados, alejada de la realidad?
Es por ello por lo que titulo este post ‘Facultad de Medicina, no gracias’. Hay que sentirse bien acomplejado para demandar en una tierra como Almería unos estudios de Medicina, teniendo la prestigiosa Facultad de Medicina de la Universidad de Granada a tan pocos kilómetros. ¿Nos hemos vuelto locos o qué? Es como la burbuja inmobiliaria, pero llevada al mundo académico. No con ser suficiente que en España hayan proliferado universidades públicas y privadas como setas, ahora las mentes pensantes de cada una de ellas quieran para sus campus Facultades de todo tipo. Da igual que no haya suficientes alumnos para esas materias, tampoco importa que el nivel académico de los docentes sea mediocre, que se requiera una inversión desorbitada o que esos estudios se impartan en media docena de Facultades del entorno. Lo importante es alimentar el ego y sacar pecho. Y da igual que estemos en crisis.
Dicho esto, en la antítesis de lo anterior está el campus Agroalimentario, en el que participan cinco universidades andaluzas: Córdoba, Jaén, Huelva, Cádiz y Almería. Una iniciativa excelente que por fin acerca el mundo universitario al tejido productivo real de estas provincias. Ojalá prospere este proyecto y todos los esfuerzos – mal dirigidos a Facultades de Medicina, de Ciencia Ficción y demás burbujas académicas – se centren en sacar adelante este campus.
Una de las mentes andaluzas más preclaras que he conocido, la del director general de la Fundación Eduarda Justo, Juan Martínez Barea, en todas sus charlas lanza esta tesis: en lo que eres bueno, intenta ser el mejor, no escatimes esfuerzos; pero en lo que no destacas, no malgastes el tiempo. Por cierto, es eso mismo en lo que basó su éxito Francisco Cosentino. Me lo explicó en cierta ocasión en Macael, en una de esas galas de la piedra natural. Cosentino definió su producto, la competencia que podía encontrar e intentó ser el mejor del mundo en ese segmento. Hoy día, el Silestone es sinónimo de éxito. Así que aprendamos de quienes han dado en la tecla.
Buenas José Antonio.
Estoy de acuerdo que lo que se enseña en la UAL no es para nada lo que te encuentras en la ámbito laboral, pero esto es aún más doloroso cuando esta situación se la encuentra un titulado en ITA. Por mi experiencia puedo decir que en tres años de carrera he pisado un invernadero en cuatro ocasiones, ya me diréis la cara que tengo que echar para intentar convencer a un entrevistador de que merezco un puesto de trabajo. A día de hoy puedo decir que la carrera me ha valido para tener un diploma enmarcado y decir que tengo una carrera, a la vez que hago cursos para adquirir conocimientos que me tendría que haber dado la UAL.
Otro problema que nos encontramos es con las prácticas de empresas debido al nivel de criba que están poniendo. Ya no es suficiente con un nivel medio-alto de inglés sino que otras preguntas frecuentes son si tienes invernaderos o como me han preguntado ya algunas veces: «tienes amigos en grandes empresas de agricultura»…(si los tuviera iba a estar rogando unas prácticas por 360 € jeje).
Bueno así veo yo la situación, que no acerquen a un estudiante de LADE a la agricultura es malo pero que no acerquen a un ITA a esta es mucho peor.
PD: finalice mis estudios con nota media de sobresaliente y MH en TFC, no soy un perdigueras jaja.
Un saludo
Gracias José Antonio,
La verdad que fue un placer ese café y espero que sea el primero de muchos.
Una vez escuché a Xavier Sala i Martin que en California, donde está el Sillicon Valley y todas sus empresas como Apple, Google, … la actividad que mayor volumen aportaba a su PIB eran los tomates del Napa Valley, así que en Almería que no tenemos ningún Sillicon Valley, más nos vale hacer lo que sabemos y hacerlo cada día mejor. Y ahí es donde la Universidad debe de ofrecer ese conocimiento a través de sus profesores y empresarios líderes del sector.
A modo de ejemplo, qué sería más productivo, estudiar un caso práctico de Deloitte o de CASI? Por qué ese miedo a contar lo que hacen las empresas del sector? SI lo estan haciendo bien es digno de contar su modelo y si lo están haciendo mal, qué mejor que la UAL para ayudarles a cambiar.
Una vez más gracias por tus comentarios frescos.