Anda el profesor Javier Tello (Producción Vegetal, Univesidad de Almería, España) muy ocupado estos días por los numerosos encargos que le dejan sobre su mesa los peritos agrícolas del campo almeriense. Me comenta que, con la crisis, la iniciativa pública ha muerto y que la mayoría de los trabajos de investigación que le contratan provienen de la iniciativa privada. Y se encuentra muy liado con un asunto que me ha despertado especial interés.
The professor Javier Tello (Vegetal Production, University of Almeria, Spain) is very busy these days because of the many commissions that agronomists from the Almeria field let on his table. He tells me that, with the crisis, public initiative is dead and most of the research works that hire him come from the private sector. And he is very involved with an issue that has interested me particularly.
Según me explica este afamado catedrático, los técnicos que le visitan en su despacho están detectando que determinados productos que se venden a los agricultores como “nutricionales” no están funcionando como se espera de ellos. Así que Tello se ha puesto manos a la obra para analizarlos y ha determinado – para su sorpresa y para la de los ingenieros de campo – que “se usan muchos productos microbiológicos (a base de hongos, bacterias o virus), que no contienen lo que dicen traer”. En otras palabras, publicidad engañosa, que explica su ineficacia cuando son aplicados.
According to this famous professor’s explanations, technicians who visit him in his office are detecting that certain products sold to farmers as “nutritional” are not working as expected of them. So Tello has got to work for testing them and has determined – to his surprise and that of field engineers – that “they use many microbiological products (based on fungi, bacteria or viruses) that do not contain what they say to have.” In other words, false advertising, what explains its inefficiency when applied.
Dichos productos están registrados como “nutricionales”, ya que este tipo de registro es más sencillo que el de los fitosanitarios; sin embargo, en la calle la propaganda que se hace de ellos al agricultor-comprador es la de productos fitosanitarios, capaces de luchar contra los patógenos.
These products are registered as “nutritional” ones, as this type of registration is simpler than that of the chemical products, but in the street the propaganda that they make of them to the farmer-buyer is that of the chemical products, able to fight pathogens.
Javier Tello ha analizado, hasta el momento, una decena de estos productos. En todos ha comprobado que las indicaciones de su etiqueta no coinciden con el contenido real. Si alguien tiene alguna duda, le puedo indicar el laboratorio en el que trabaja este profesor universitario…
Javier Tello has analysed so far, ten of these products. In all of them he has proven that the indications of its label dos not fit with the actual content. If anyone has any doubt, I can tell him/her the lab where this college professor is working…
Espero que Tello o tú publiquéis los preparados engañosos para que los agricultores dejen de comprarlos y/o para que la Administración competente (si es que hay alguna que realmente lo sea) tome medidas en el asunto.
Buenos días, David,
he estado consultando tu propuesta. Los nombres están, pero el publicarlos – me comenta el profesor Tello – traería consigo «problemas jurídicos de envergadura». Ten en cuenta el tipo de empresas (muchas multinacionales) que están detrás. El bufete de abogados que poseen puede ser interminable. De todas formas, los técnicos de campo que le han encargado este trabajo a Tello ya llevan tiempo advirtiendo a sus agricultores de que no usen tal o cual producto, con nombre y apellidos. Es decir, que a pie de invernadero ya se sabe el nombre de los mismos. Y añado, Tello siempre está disponible para atender a quien quiera más información. Gracias, David, por participar en este espacio.
Supongo que se refieren a nutricionales o «Abonos C». Si es así, la legislación, hasta hace un par de años, era bastante laxa con estos preparados y ya se sabía que dentro de estos productos podíamos encontrar sorpresas. Espero y deseo que los resultados del profesor Tello lleguen a la administración. Porque no va a ser fácil que se tomen medidas para estos engaños salvo que reciban mucha presión por parte de los usuarios. A las compañías les interesa que todo siga como hasta ahora.
spain is diferent.. somos el primer pais del mundo en permisibilidad negativa.. osea, todo lo malo se inicia en españa.. y lo peor.. es que vamos a seguir progresando…
Actualmente trabajo para una empresa de nutricionales de alta gama y cada día me encuentro con «productos milagro» que se les venden a los agricultores como tal.
En nuestra empresa trabajamos duro para registrar estos productos y haciendo ensayos de campo para ver su efectividad, mientras vemos que otras empresas mejor situadas históricamente en el mercado venden este tipo de productos impunemente.
Se me ocurre que a lo mejor endureciendo la legislación en este sentido se solucionarían algunos de estos problemas (pero sin demasiado papeleo a poder ser…)
Saludos.
Ni siquiera la propia administración -que también hace sus análisis- se atreve a publicar los nombres de estos productos de supuesto origen biológico que, o bien no funcionan, o bien tienen «aliños químicos». Hay demasiados intereses económicos y políticos en juego… Después del caso Fabra ya vamos intuyendo las cosas se cuecen en nuestro ministerio de agricultura entre plato y plato de paella a la riojana…
Y seguro que hay productos de esta gama excelentes y de última tecnología, pero entre tanta churra es muy difícil encontrar a las merinas.