Hubo hace unas semanas un agricultor de Vícar (Almería), asistente al curso de agricultura biodinámica que se desarrolla durante varios meses en Alboraya (Valencia), que dijo lo siguiente cuando los monitores explicaron algunas técnicas para mejorar la fertilidad de la tierra: “Son brujerías, yo no sigo con esto”.
A few weeks ago, a farmer of Vícar (Almería), who attended the biodynamic agriculture course that takes place over several months in Alboraya (Valencia), said the following when monitors explained some techniques to improve the fertility of the land: “This is witchcraft, I will not go on with this.”
Y es que según los preceptos de la agricultura biodinámica hay que enterrar en la finca agrícola durante todo el invierno dos cuernos de vaca (como los que hay en la fotografía que acompaña a este texto). Pero no de cualquier vaca, sino de una que haya parido. Y los cuernos tienen que rellenarse de boñiga. Es como un tratamiento homeopático para la tierra, que activa los microorganismos y consigue un suelo más fértil. Y durante el verano los cuernos en la explotación habría que enterrarlos con sílice para “activar la luz del suelo y degradar los posibles compuestos químicos”.
And the thing is that according to the precepts of biodynamic agriculture, two cow horns (like the ones in the picture accompanying this text) should be buried on the farm during all the winter. But not just any cow, but one that has given birth. And the horns have to be filled with cowpat. It’s like a homeopathic treatment for the land, which activates the microorganisms and gets a more fertile soil. And during the summer, the horns on the farm should be buried with silica to “activate the light of the soil and degrade the potential chemical compounds.”
Dicho esto, hay un ingeniero agrícola de una cooperativa almeriense que lo explica del siguiente modo: “No creo en esas cosas del universo que describe la antroposofía, y en las que se basa la agricultura biodinámica, como que se conecta una energía que pone en comunión a la naturaleza; pero lo cierto es que lo de los cuernos de vaca da resultados”. La biodinámica, en teoría, imita los parámetros de la propia naturaleza. Aúna animales y plantas, autogestión de los residuos, y una mínima utilización de insumos agrícolas (derivada de las propias técnicas de cultivo que harían innecesario dicho uso), entre otros preceptos.
That said, there is an agricultural engineer of a cooperative from Almeria which explains it as follows: “I do not believe in such things of the universe that anthroposophy describes, and in what biodynamic agriculture is based, like, for example, that it connects an energy that brings nature into communion, but the truth is that cow horns give results.” Biodynamics, in theory, imitates the parameters of the own nature. That combines animals and plants, self-management of waste, and a minimal use of agricultural inputs (derived from the own cultivation techniques that would make such use unnecessary), among other precepts.
Mientras que en España la agricultura biodinámica es muy reducida, aún; sin embargo, en países como Alemania tiene un amplio recorrido. Y también mercado y clientes, ya que los productos de esta agricultura se pagan mejor. En Andalucía, en Almería, hay una explotación en Berja, propiedad de la familia Cantón, que tiene el sello ‘Demeter’, distintivo de calidad de este ecosistema de producción.
While in Spain biodynamic agriculture is still very limited; however, in countries like Germany it has a large trajectory. And also market and customers, as the products of this agriculture are paid better. In Andalusia, in Almeria, there is a farm in Berja, Canton family’s property, which has the seal ‘Demeter’, seal of quality of this ecosystem of production.
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Veo que este Blog sigue una línea bastante crítica y en defensa de temas que afectan a los productores y comercializadores almerienses y españoles. Bravo. Con más razón entonces debería ser crítico con cosas como ésta de la agricultura biodinámica. No dan buen nombre ni una imagen seria a quien les da más importancia que la que merecen. Y si el al gobierno español le da por promocionar con cursos un tema como éste, que a largo plazo solo puede favorecer el intrusismo y dañar la imagen de seriedad que tan laboriosamente intenta labrarse el campo almeriense, lo que se merece es denunciarlo tan abiertamente como lo merece el doble rasero o las presiones ejercidas por las grandes distribuidoras. ¿No sería criticable si el gobierno promocionara cursos y charlas del tipo: “Cómo aplacar la sequía con la danza de la lluvia”, o “Dos velas a San Isidro hacen más que cinco años de estudios”??? No se trata de que cada uno piense lo que quiera, o de ser perversamente equidistante entre los que están a favor o en contra, por que no es ese el asunto. La ignorancia es peligrosa y hay que combatirla, va en favor de todos nosotros.
Lo mágico siempre parece interesante, no lo niego; otra cosa muy distinta es que sea real.
Comercialmente, el proyecto Demeter es interesante porque atrae a un consumidor que está dispuesto a pagar los productos con este sello a precios astronómicos, muy superiores a los géneros ecológicos y no digamos a los convencionales. En la biodinámica se contemplan muchísimas prácticas correctas de manejo de suelo y materia orgánica, contempladas también en la agricultura ecológica. Por eso -y por su innegable éxito comercial- es tolerada por agroecólogos de prestigio y tiene mucha fuerza en la SEAE; pero de ahí a admitir pociones, rituales y alineamientos astrológicos como elementos básicos de la agricultura hay un mundo. Y eso es precisamente lo que exige la certificación Demeter.
Trabajo como ingeniero en el campo de Dalias, y aplicó la ciencia -dentro de mis posibilidades y conocimientos- para ayudar a los agricultores a producir hortalizas. Sinceramente, si los consumidores de hortalizas no se colocan amuletos ni miran su horóscopo cada mañana antes de irse a trabajar, no entiendo porque debemos de enterrar cuernos de vaca recién parida en nuestros invernaderos y consultar las estrellas antes de plantar nuestros cultivos. Yo desde luego no pienso ni hacerlo ni fomentarlo.
Me hace mucha gracia cuando citas al ingeniero agrícola de la cooperativa almeriense: «[…] lo cierto es que lo de los cuernos de vaca da resultados”. Esa es precisamente la actitud anticientífica de la agricultura biodinámica. Un científico no se conforma con «vale, no sé como funciona, pero funciona». Un científico investiga, prueba, comprueba, contrasta, refuta y confirma hasta dar con las causas de un fenómeno. Ese halo sibilino, esotérico y pretencioso de la agricultura biodinámica es lo que la convierte precisamente en una pseudociencia. Y por eso tiene el estatus y la reputación que tiene.